domingo, 2 de marzo de 2014

Principales Autores (1° Generación)


Theodor Adorno

Theodor Ludwig Wiesengrund Adorno (11 de septiembre de 1903, Fráncfort, Alemania - 6 de agosto de 1969, Viège, Valais, Suiza) fue un filósofo alemán que también escribió sobre sociología, comunicología, psicología y musicología. Se le considera uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort y de la teoría crítica de inspiración marxista.

Asistió al Kaiser Wilhelm Gymnasium, donde destacó como excelente estudiante. Durante su juventud conoció a Siegfried Kracauer, con quien mantuvo una estrecha amistad, juntos leyeron la Crítica de la razón pura de Kant, experiencia que marcó a Adorno en su formación intelectual.

Hacia 1920 compuso sus primeras obras musicales. Se trata de música de cámara vanguardista, atonal. Después de graduarse con méritos en el Gymnasium, Adorno se inscribió en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Fráncfort del Meno, donde estudió filosofía, sociología, psicología y música. En 1924 obtuvo su título con una disertación sobre Edmund Husserl. Entre tanto, escribió varios ensayos de crítica musical. Por un tiempo, el joven Adorno consideró la posibilidad de dedicarse a la música como compositor y crítico. En 1925 se fue a Viena, donde estudió composición con Alban Berg y frecuentó a otros dos compositores clave de la Segunda Escuela de Viena: Anton Webern y Arnold Schönberg. Las teorías de este último sobre la tonalidad libre fueron fundamentales en la formulación de la idea de la Nueva Música, que Adorno desarrolló en muchos de sus ensayos. En los ensayos sobre música, Adorno ligaba la forma musical con complejos conceptos filosóficos. Son obras de difícil lectura, muy exigentes en términos intelectuales. Las implicaciones conceptuales de la nueva música no eran compartidas por los protagonistas de la Escuela de Viena, razón por la cual Adorno decidió regresar a Fráncfort y abandonar su carrera musical.

En Viena, Adorno también conoció a otros intelectuales cuyos intereses no estaban necesariamente ligados a los círculos musicales. Asistió a las charlas de Karl Kraus, el famoso satirista vienés, y conoció a Georg Lukács, cuya Teoría de la novela había impactado a Adorno en la universidad. De vuelta en Fráncfort, trabajó en su tesis doctoral bajo la dirección de Hans Cornelius. Finalmente, en 1931 obtuvo su venia legendi (el diploma que lo acreditaba como profesor) con su trabajo Kierkegaard: Konstruktion des Ästhetischen'.

En 1933 se incorporó al Institut für Sozialforschung (Instituto para la Investigación Social), adscrito a la Universidad de Fráncfort, de inspiración marxista, aunque pronto el régimen nacionalsocialista le retiró su venia legendi y tuvo que abandonar el país, huyendo del nazismo. Tras unos años en Oxford, en 1938 se decide a cruzar el Atlántico para instalarse en Nueva York, donde tenía su sede el Instituto de Investigación Social en el exilio. En 1941 se traslada a California para continuar trabajando en colaboración con otro miembro del Instituto, Max Horkheimer. Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos (1944-1947) será uno de los múltiples resultados de esta colaboración.

A finales de 1949, finalizada la segunda guerra mundial, vuelve a Fráncfort con su colega Max Horkheimer. En ese año asumió el cargo de director del Instituto para la Investigación Social, que reconstruyó con Horkheimer. Revivió la Escuela de Fráncfort de la Teoría crítica. Su filosofía continuó en la línea de un análisis del racionalismo como instrumento a la vez de libertad y de dominio, y de una crítica de la sociedad capitalista como restricción de las formas de pensamiento y acción. En este período trabajará en la obra que verá la luz en 1966: Dialéctica negativa.

La última década de su vida, la de 1960, la dedica a la dirección del Instituto, a sus clases en la Universidad de Fráncfort, a la publicación de sus obras y a una intensa relación con los artistas más vanguardistas del momento: en literatura, Samuel Beckett; en música, John Cage, en cine, Michelangelo Antonioni (Adorno está presente, aunque no físicamente, en La notte). Al morir, Adorno trabajaba en su Teoría estética. Había realizado ya dos versiones e iba a efectuar la última revisión del texto. Esta obra póstuma se publicaría en 1970.

En estos años Adorno fue a la vez inspirador y crítico de los movimientos juveniles de protesta, que muchas veces encontraron inspiración en su particular visión del marxismo y del rechazo a la razón como fin último. Cuando tras los sucesos del Mayo de 1968 en Francia Adorno criticó el «accionismo» (el privilegio de la acción de protesta sobre la argumentación crítica), fue objeto de distintas protestas estudiantiles, incluyendo la toma de su aula. Durante el verano de 1969 Adorno decidió tomarse unas vacaciones haciendo alpinismo en Suiza, donde padeció ataques de arritmia y palpitaciones. Ignorando el consejo de sus médicos, partió a una excursión de la que no se recuperó, y falleció a los pocos días, el 6 de agosto, debido a un infarto agudo de miocardio.

Entre sus contribuciones más destacadas a la filosofía, puede señalarse la ya mencionada Dialéctica de la Ilustración, en colaboración con Horkheimer, obra cuyo núcleo fundamental es la crítica al proyecto ilustrado concebido como dominio de la naturaleza. De acuerdo con dicha tesis, los excesos de la razón dominadora han acabado dando una prioridad absoluta a la razón instrumental, es decir, a una razón que se aplica a los medios, pero que ha perdido completamente de vista los fines esenciales que ha de perseguir el ser humano y a los cuales debería estar subordinada la tan ensalzada razón. En esta obra introducen el concepto de "industria cultural" con el que definen la progresiva valorización y mercantilización de la cultura. Cuando la razón instrumental se aplica a la producción en serie de la cultura, ésta se banaliza y torna un instrumento que perpetúa la ideología del modelo de producción dominante.

Otra de las obras fundamentales de Adorno es Dialéctica negativa, que puede considerarse el buque insignia de todo su proyecto filosófico. Lo que él propone como dialéctica negativa es una forma de dialéctica que trata de salirse del esquema hegeliano clásico, el esquema de diálogo entre opuestos que acaba en una síntesis reconciliadora, para hacer hincapié en aquellos aspectos negativos, en los flecos sueltos de la historia, en lo que no tiene nombre, en el desfavorecido... Con ello ya no estamos ante una dialéctica tradicional y hasta cierto punto neutra, sino que se apunta claramente hacia un lado determinado de la balanza; sobre todo, pretende desmarcarse de los planteamientos cerrados de la tesis y su antítesis, con lo cual, muy en la vía ya marcada por su colega Walter Benjamin se apela a un cierto nivel de trascendencia, que se sitúa en el margen de la cadena lógica de la dialéctica tradicionalmente considerada.

Su última gran obra es Teoría Estética, que dejó inacabada y fue publicada de manera póstuma un año después de su muerte. En ella, Adorno ofrece una constelación de problemas, ideas y conceptos que reflexionan sobre la estética, pero sin cerrarla nunca en un sistema, es decir, mostrando una vez más su concepción de una filosofía finita, abierta, que se niega a cerrarse en un sistema dogmático. Así, reencontramos la misma idea de negatividad propia de sus obras anteriores, pero esta vez aplicada al arte. La obra aborda cuestiones como el arte contemporáneo, los vínculos entre arte y filosofía, las relaciones entre ética y estética, y el papel del arte comprometido. También dedica un capítulo a la estética de la naturaleza, un tema que había sido fundamental para la estética del siglo XVIII, pero que posteriormente, a raíz de la tesis hegeliana de que la estética debía reducirse a filosofía del arte, había quedado sumido en un cierto olvido. Hoy se considera a Adorno uno de los autores que reintrodujeron de nuevo la estética de la naturaleza en la filosofía. Su visión de la estética de la naturaleza está, además, marcada por una pionera sensibilidad ecologista.

 Max Horkheimer

Max Horkheimer (14 de Febrero de 18957 de Julio de 1973) fue un filósofo y sociólogo alemán, conocido por su trabajo en la denominada teoría crítica como miembro de la Escuela de Frankfurt de investigación social. Sus obras más importantes incluyen: El eclipse de la razón (1947) y, en colaboración con Theodor Adorno, Dialéctica de la Ilustración (1947). A través de la Escuela de Frankfurt, Horkheimer colaboró y llevó a cabo otros trabajos significativos. Realizó además la llamada teoría crítica.

Se matriculó en la Universidad de Múnich, donde estudió Filosofía y Psicología. Después de la universidad, Max se trasladó a Frankfurt, donde estudió bajo la dirección de Hans Cornelius. Allí, conoció a Theodor Adorno, varios años menor, con quien entablaría una amistad duradera y una relación colaborativa fructífera.

En 1925, Horkheimer fue habilitado con una tesis titulada La crítica del juicio de Kant como mediación entre la filosofía práctica y teórica, la cual sustentó con el asesoramiento de Hans Cornelius. Al año siguiente, fue nombrado privatdozent. En 1930, fue elegido como director del Institut für Sozialforschung (Instituto para investigación social), cuando estuvo vacante tal cargo. El mismo año, Horkheimer tomó posesión de la cátedra de filosofía social en la Universidad de Fráncfort. En 1931, se inició la publicación de la Zeitschrift für Sozialforschung del Instituto, la cual era editada por Horkheimer.[3]

La venia legendi de Horkheimer fue revocada por el nuevo gobierno nazi y el Instituto cerró en 1933. Horkheimer emigró a Suiza y, el año siguiente, a Estados Unidos, donde la Universidad de Columbia albergó al Instituto en el exilio.[4]

En 1949, regresó a Fránkfurt y el Instituto se reabrió allí en 1950. Entre 1951 y 1953, Horkheimer fue rector de la Universidad de Fránkfurt.[5] Continuó enseñando en dicha universidad hasta su retiro a mediados de los años 1960.

Entre 1954 y 1959, regresó a Estados Unidos para dar clases en la Universidad de Chicago. Siguió siendo una figura importante hasta su muerte en Núremberg en 1973. Fue enterrado en el cementerio judío en Berna, Suiza.


Herbert Marcuse

Herbert Marcuse (Berlín, 19 de julio de 1898Starnberg, Alemania, 29 de julio de 1979) filósofo y sociólogo judío alemán, fue una de las principales figuras de la primera generación de la Escuela de Frankfurt.

Nació en Berlín, sirvió como soldado en la primera Guerra Mundial y participó posteriormente en la revolución socialista que fue aplastada por las fuerzas de la República de Weimar. Después de completar sus estudios en la Universidad de Friburgo de Brisgovia en 1922, regresó a Berlín, donde trabajó como vendedor de libros. Regresó a Friburgo en 1929 para escribir una «habilitación» (disertación postdoctoral para obtener el grado académico de profesor) con Martin Heidegger.

En 1933, debido a que no le sería permitido por ser judío completar su proyecto bajo el régimen nazi, Marcuse empezó a trabajar en el Instituto de Investigación Social en Frankfurt del Meno y, junto con Max Horkheimer y Theodor Adorno, se convirtió en uno de los más destacados teóricos de la Escuela de Frankfurt.

Las críticas de Marcuse a la sociedad capitalista (especialmente en su síntesis de Marx y Freud, Eros y la civilización, publicado en 1955, y su libro El hombre unidimensional, publicado en 1964) resonaron con las preocupaciones del movimiento izquierdista estudiantil de los 60. Debido a su apertura a hablar en las protestas estudiantiles, Marcuse pronto vino a ser conocido como «El padre de la Nueva Izquierda» (término que él rechazaba).

La crítica fundamental que realiza Marcuse a la sociedad moderna, desarrollada en El hombre unidimensional, es que el sujeto unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión continua de un método de dominación más complicado de lo que Adorno y Horkheimer imaginaron. Esta es la concepción del poder por la que Marcuse se considera como puente entre la primera y la segunda generación de la escuela de Frankfurt. Este hecho se contrasta fundamentalmente con el capitalismo temprano, en que el movimiento proletario era una fuerza con el potencial efectivo de derribar al régimen. El capitalismo avanzado que describe Marcuse, en cambio, ha generado a través de los estados de bienestar una mejora en el nivel de vida de los obreros, que es insignificante a nivel real, pero contundente en sus efectos: el movimiento proletario ha desaparecido, y aún los movimientos antisistémicos más emblemáticos han sido asimilados por la sociedad y orientados a operar para los fines que la sociedad coactiva reconoce como válidos.

El motivo de esta asimilación, según Marcuse, consiste en que el contenido mismo de la conciencia humana ha sido fetichizado (en términos marxistas) y que las necesidades mismas que el hombre inmerso en esta sociedad reconoce, son necesidades ficticias, producidas por la sociedad industrial moderna, y orientadas a los fines del modelo. En este contexto, Marcuse distingue entre las necesidades reales (las que provienen de la naturaleza misma del hombre) y las necesidades ficticias (aquellas que provienen de la conciencia alienada, y son producidas por la sociedad industrial). La distinción entre ambos tipos de necesidades sólo puede ser juzgada por el mismo hombre, puesto que sus necesidades reales sólo él las conoce en su fuero más íntimo; sin embargo, como la misma conciencia está alienada, el hombre ya no puede realizar la distinción.

La principal necesidad real que Marcuse descubre es la libertad, entendida como el instinto libidinal no sublimado (en términos freudianos). Para Marcuse, lo que la sociedad industrial moderna ha hecho con el instinto libidinal del hombre es desublimarlo, y reducirlo al exclusivo ámbito de la genitalidad, cuando en realidad el cuerpo mismo del hombre es sólo ansia de libertad. La desublimación del instinto libidinal y su encasillamiento en su genitalidad permiten a la sociedad industrial moderna disponer del resto del cuerpo humano para la producción capitalista, así como de todas las energías de los hombres.

Lo que Marcuse quería destacar era una culturalización de la teoría de la felicidad de Freud: principio de realidad y principio de placer no tienen por qué ser opuestos si se consiguen revelar las causas de la infelicidad. Marcuse se opone a lo abstracto del pensamiento racionalista cartesiano, que entiende al individuo como sujeto ideal, descartando el valor de lo corporal y de lo erótico.Y precisamente estos dos factores son imprescindibles para analizar el paso del ser al deber ser en lo cotidiano del ser humano. Esto coloca a Marcuse en una posición de vitalismo integral, entendiéndolo como una actitud de liberación tanto individual como colectiva, sacar a la luz lo más alejado de las convenciones, entendido por Freud como el "ello".

Para Marcuse, la instancia fundamental de formación de la conciencia humana está en la niñez, tal como se vive en el interior de la familia. En esta etapa, el hombre que se está formando adquiere sus categorías normativas y todo su marco de referencia para enfrentar el mundo. Lo que la sociedad industrial moderna ha trasmutado es precisamente ese ámbito familiar, en que la sociedad misma alienante se ha introducido a través de los medios de comunicación de masas, reemplazando a la familia, y formando a los hombres con categorías que no salen de él mismo, sino del capitalismo. Las necesidades del hombre, así como sus anhelos, sueños y valores, todo ha sido producido por la sociedad, y de esa manera se ha asimilado cualquier forma de oposición o movimiento antisistémico. En este punto está la principal diferencia entre la forma de alienación que describe Marx y la que describe Marcuse. Mientras en Marx la alienación está focalizada en el ámbito del trabajo, donde al hombre se le arrebata su plusvalor (y por tanto su condición humana), en Marcuse la alienación está enfocada en la conciencia misma del hombre moderno, y por tanto no hay forma alguna de escapar a la coacción.


Friedrich Pollock

Friedrich Pollock (22 de mayo de 1894, Friburgo de Brisgovia-16 de diciembre de 1970, Montagnola, Tesino, Suiza) fue un sociólogo, economista y filósofo alemán adscrito a la Escuela de Fráncfort y cofundador del Instituto de Investigación Social.


Hijo del propietario de una fábrica en Friburgo de Brisgovia. Fue educado en las finanzas desde 1911 hasta 1915. Durante este tiempo conoció a Max Horkheimer, quien se convirtió en un fiel amigo para toda la vida. Después estudió economía, sociología y filosofía en Fráncfort del Meno, donde escribió su tesis doctoral sobre la Teoría del valor-trabajo de Karl Marx recibiendo su título de doctor en 1923.

El Instituto de Investigación Social de Fráncfort del Meno fue fundado en 1924 por Pollock y su compatriota marxista Félix Weil, que financiaron el grupo. Weil decidió fundar el instituto después del éxito de una semana de conferencias (La primera semana laboral marxista) de 1923. El objetivo de Weil fue reunir a los mejores representantes de las diferentes escuelas del marxismo, e incluyó a György Lukács, Karl Korsch, Karl August Wittfogel y Friedrich Pollock. Entre los miembros fundadores estaban: Friedrich Pollock y Félix Weil (financiadores del proyecto), Leo Lowenthal y Erich Fromm.

Pollock desde la década de 1930 desarrolló su tesis sobre el Capitalismo de Estado, (reimpreso en: etapas del capitalismo, 1975). Advirtió que la intervención estatal de hecho y las medidas económicas de control del Estado contradecían el principio económico del laissez-faire del liberalismo económico y ofrecían un camino claro, frente al liberalismo en económica, hacia un mercado regulado. La crisis liberal del 1929 y la posterior Gran depresión estaban dando paso a una economía mixta (que más tarde se denominará Estado social o Estado social de derecho).

La tesis de Pollock servía tanto para los sistemas liberales claramente intervenidos por el Estado como para el experimento soviético que era considerado como una prueba de esta tendencia general del Estado a intervernir en la economía. Su tesis englobaba el surgimiento en ambas sociedades, capitalistas y socialistas, de la intervención del Estado. Pollock hacía una clara distinción entre el autoritarismo (fascista o socialismo de estado) y una variante liberal, el New Deal o Nuevo trato) del capitalismo de Estado pero ambos tenían en común la sustitución de la primacía de la economía por la primacía de la política.

El análisis económico de Pollock hizo una contribución significativa en el proceso de construcción de la teoría filosófica de los dos principales representantes de la "Escuela de Fráncfort" y le dio un impulso importante a la formulación de la obra cumbre Dialéctica de la Ilustración de Max Horkheimer y Theodor Adorno.

Erich Fromm



Miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Fráncfort, Fromm participó activamente en la primera fase de las investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Fráncfort, hasta que a fines de los años 40 rompió con ellos debido a la heterodoxa interpretación de la teoría freudiana que desarrolló dicha escuela, la cual intentó sintetizar en una sola disciplina el psicoanálisis y los postulados del marxismo. Fue uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del siglo XX.

Erich Fromm creció en Fráncfort del Meno, en el seno de una familia judía que seguía estrictamente los preceptos de la religión de esa cultura: muchos de sus miembros fueron rabinos. El propio Erich Fromm también quiso inicialmente seguir ese camino de vida. Sin embargo, estudió primeramente derecho en Fráncfort, luego se trasladó a Heidelberg para estudiar sociología, donde hizo su doctorado en 1922 bajo la asesoría de Alfred Weber, acerca de la ley judía. Hasta 1925 asistía a clases de Talmud con Salman Baruch Rabinkow. En 1926 contrajo matrimonio con la psicoanalista Frieda Reichmann. A fines de la década de 1920 Fromm comenzó su formación como psicoanalista en el Instituto Psicoanalítico de Berlín con un discípulo de Freud que no era médico: el jurista Hanns Sachs. En ese tiempo, él y su esposa abandonaron la vida religiosa ortodoxa judía. Desde 1929, Fromm ejerció como psicoanalista "lego" (los por aquel entonces llamados Laienpsychanalitiker, término alemán para referirse a los no médicos) en Berlín. En esta época comenzó su interés y estudio por las teorías de Marx. En 1930 fue invitado por Max Horkheimer a dirigir el Departamento de Psicología del recientemente creado Instituto para Investigaciones Sociales (Institut für Sozialforschung)

Erich Fromm afirma, en su obra El corazón del hombre, que el ser humano actual se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe invertirse provechosamente. El hombre se ha convertido en un consumidor eterno, y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su apetito. Según el autor, en la sociedad actual el éxito y el fracaso se basa en el saber invertir la vida. El valor humano se ha limitado a lo material, en el precio que pueda obtener por sus servicios y no en lo espiritual (cualidades de amor, ni su razón, ni su capacidad artística).

Fuentes:



La escuela de Fráncfort, Rolf Wiggershaus, FCE, México, 2010.

 

1 comentario:

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